"Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no haya encanto en sí mismo..." (Pablo Neruda)
Tal vez sea porque desde muy pequeña estaba montada en un avión pero no concibo la vida sin viajar. Hace 2 meses exactos, a pesar de todo el agobio académico que tenía, hice una escapada a Milán y Venecia.
Nada más llegar todo el cielo italiano nos cayó encima pero poco importaba, ya que había mucho por descubrir... Il Duomo, las Galerías Vittorio Emanuele con sus escaparates de Prada, Louis Vuitton y su caja de bombones, el Castello Sforzesco, etc.
Al día siguiente pasamos la mañana entera en el Cimitero Monumentale, admiro todo lo alado por lo que aquí me sentía como Stendhal en Florencia y por la tarde viendo la expo de Klimt y tomando un delicioso capuccino con vistas a la catedral.
Al día siguiente fuimos en tren a Venecia, donde también diluvió. A pesar de ser pequeña nosotras estuvimos un día y medio y nos faltó tiempo para descubrir muchos rincones de esta bella ciudad sobre el agua. Al igual que en la ciudad de la moda, empezamos visitando la catedral, la dorada Basílica de S.Marcos y después dimos un paseo hasta el Puente Rialto.
Cerca del Palazzo Ducale y la Piazza San Marco
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En La Fenice tuvimos la suerte de ver el montaje de los decorados para la Bohéme.
Os presento de paso mi nueva acompañante, la Nikon D3200.
Santa María della Salute
Como recuerdo del viaje me traje una preciosa máscara veneciana, y dos GRANDES deseos, volver a Milán para una Fashion Week y a Venecia para carnavales.
"Se davvero volete sognare... svegliatevi"
Ana Jerez ♥
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